domingo, 2 de marzo de 2008

Las Mariposas y el Tiempo

Hace unos años, estaba en la galería de mi casa, observando el parque con mi esposo, de repente, vimos pasar varias mariposas juntas, fue hermoso ver tantas mariposas revoloteando. Estuvimos un rato hablando de ella y de su belleza, hasta que, luego de un suspiro, él dijo:

-que cosa, que solo vivan 7 días

Yo me sorprendí mucho y solo pude decir, casi sin pensar:

-¿Cómo que 7 días? ¿en serio?

- si en serio- me dijo Luis

Y entonces, mi pregunta, que también fue sin pensar:

-¿Y para que viven entonces?

A lo que siguió, una extraña respuesta:

- Para que personas con tu conciencia se hagan esa pregunta- dijo Luis

¿Qué aprendí de aquella vivencia?

Por un lado creo que me asuste mucho, me espeje en la corta vida de la mariposa, me conecte con la impermanencia, me conecte con la certeza de mi propia muerte. ¿Qué se puede hacer en 7 días? A mi no me alcanzaría el tiempo. Y esto me lleva otra vez a uno de los libros de Elizabeht Kubler Ross, Lecciones de Vida, un libro que cuenta los aprendizajes de personas que están en el tramo final de sus vidas. Recuerdo a una señora, Lorraine de 79 años (no me acuerdo que enfermedad tenía pero si me acuerdo que solo le quedaban unos pocos meses mas de vida) a la que la doctora Kubler Ross fue a visitar en su habitación. Cuando entro quedo sorprendida y solo pudo mirar a aquella señora que estaba BAILANDO!!! Si, estaba bailando el Watusi. Cuando termino de bailar, la doctora le pregunto: ¿por que baila? y ella solo respondió: Porque Puedo!.

Esta mujer estaba feliz aún sabiendo que le quedaba muy poco tiempo de vida!!!

¿Cómo? ¿Cómo se puede ser feliz sabiendo que se tiene unos meses más y nada más?

Se me ocurren dos opciones:

a. Las mariposas y Lorraine están locas y son unas inconcientes. Para los espíritus poco sensibles esta es una muy buena opción.

b. Las mariposas y Lorraine poseen y contienen (cada una con su conciencia) otra comprensión de lo que significan la vida y la muerte. Una comprensión que nada tiene que ver con nuestras creencias tradicionales, las mismas creencias que nos llevan a temerle terriblemente a la muerte, a la perdida, a la impermanencia, que nos llenan de ansiedad por lo que puede pasar mañana o pasado, que nos conduce a querer tener todo controlado. Las mismas que conducen a la búsqueda de la prolongación de la vida por parte de la medicina, hasta más no poder, sin importar la calidad de la vida que se concede. Las mismas que hacen que no queramos envejecer, que no queramos tener arrugas, que no queramos ser viejos. Las mismas creencias por las que nos perdemos del tiempo presente, pensando en el tiempo futuro.

Las mariposas y Lorraine me recordaron el valor del tiempo presente, la belleza del ahora, del no control, del no temor por lo que vendrá, de la confianza, de la libertad…..

Por supuesto que todo esto no significa que yo haya aprendido tal lección; las creencias que me atrevo a criticar son las mismas que conformaron mi personalidad, identidad o carácter (o como se lo quiera llamar), le sigo temiendo a la muerte, a la perdida, al no control. No soy libre de esas cadenas.

Puedo entender intelectualmente estos aprendizajes, puedo hablar durante horas del valor del tiempo presente, pero, como dice alguien a quien quiero mucho “Desde la Cabeza hasta el Corazón hay un largo camino por Recorrer”.

Espero estar haciendo ese camino. Espero algún día mirar para atrás y poder decir “valió la pena tanto esfuerzo.”