viernes, 19 de septiembre de 2008

Las Categorias Inalcanzables


Hace un mes entre por primera vez al salón VIP para clientes con tarjeta Gold de American Express en el aeropuerto internacional de Ezeiza (¿cuantos nombres no?), mi expectativa era grande, para mi era una novedad, una nueva experiencia, casi una nueva aventura (tal vez porque vengo de la categoría: clase baja y popular con nulas posibilidades de estar en el salón VIP del lugar que sea). Unas recepcionistas muy amables y respetuosas nos pidieron a mi marido y a mí nuestras tarjetas Gold y luego nos dejaron pasar. Entre, mire con cierta desconfianza, me senté, acomode a mi hijo, mi marido fue a buscar un te, y descubrí- un poco decepcionada, pero al mismo tiempo maravillada del poder de las categorías- que a unos 5 metros de donde estaba sentada había una puerta de vidrio con Acceso Exclusivo para Clientes Platinum!

Me reí y pensé: nunca voy a llegar. Siempre va a haber una categoría más, pensada para cobrar mas y para hacer sentir a los de la categoría siguiente que son mas importantes que los de la categoría anterior. Después de la Platinum, seguramente habrá otra puertita mas que de a un cuartito mas chiquito y que sea para clientes Uranium y al lado otro acceso a un cuarto mas chiquito aun, que será para clientes Titanium y así sucesivamente; total Mendel ya esta muerto y no se va a quejar porque hayan utilizado los nombres de la Tabla Periódica para fines poco ortodoxos- por decirlo así-.

¿Para que nos sirven las categorías? ¿Para que ponemos nombres a las cosas? ¿Para que hacemos grupos de nombres? ¿Para que les ponemos nombres a esos grupos de nombres?

Los nombres, las categorías, las clasificaciones, las distinciones, todas ellos nos sirven para ordenar y dar sentido a nuestra realidad; nos permiten acceder a ella, nos permiten abordarla, nos permiten no perdernos en ella. A partir de las clasificaciones y los nombres, sabemos cuales son nuestras preferencias respecto de nuestras relaciones de amistad, pareja o trabajo, sabemos por ejemplo que no nos gustan los egoístas, envidiosos/as, caprichosos/as, mala ondas, soberbios/as, competitivos/as, vagos/as, y todo aquel o aquella que implique para nosotros algún esfuerzo emocional, toda persona que nos saque de nuestra comodidad y seguridad.

A partir de las clasificaciones y los nombres sabemos (mas o menos) como somos, así nos auto-denominamos apasionados/as, enojosos/as, sensibles, inseguros/as, tranquilos/as, etc.; sabemos también que es lo que queremos lograr y sabemos como llamar a nuestros desafíos, y como queremos educar a nuestros hijos, o que queremos construir con nuestras parejas; sabemos como queremos que nos traten, y que queremos hacer de nuestro paso por la vida. Para eso sirven las clasificaciones, las categorías y los nombres; dan vida y dinamismo a nuestras existencias, nos permiten mostrar, manifestar nuestro ser, cambiar, crear mundos, vivir.

Pero, hay un punto, o un lugar, a partir del cual, las categorías y los nombres, dejan su magia blanca y luminosa, llena de oportunidades y posibilidades y se transforman en magia negra y sombría, llena de amenazas y de miedo. Esto es muy fácil de explicar:

¿A quien le gusta que lo llamen Bolita? ¿A quien le gusta que lo llamen Paragua? ¿A quien le gusta que lo llamen Judío de Mierda? ¿A quien le gusta que lo llamen Negro Villero? ¿Ignorante, sucio, pobre, muerto de hambre?

¿A quien le gusta que lo llamen de tal forma que ese nombre implique estar por debajo de … o ser inferior a…?

Y en este lugar las palabras duelen. Los nombres traen desprecio, separación, división.

Una vez escuche a un psicólogo decir que siempre necesitamos despreciar a alguien, sentirnos mejor que alguien, siempre debe haber quien este por debajo de nosotros.

La culpa no es de lo nombres, las categorías y las clasificaciones, ellos son solo nuestras herramientas y nuestras creaciones, hacen lo que nosotros queremos y son un reflejo de nuestro estado evolutivo, y mientras nosotros sigamos validándonos a nosotros mismos a partir de una comparación con los otros, o lo que es lo mismo sigamos pendientes de la mirada de los otros para saber si debemos aceptarnos o no, seguiremos utilizando nuestras creaciones y nuestros mejores inventos para vulnerarnos y no para sanarnos.

domingo, 2 de marzo de 2008

Las Mariposas y el Tiempo

Hace unos años, estaba en la galería de mi casa, observando el parque con mi esposo, de repente, vimos pasar varias mariposas juntas, fue hermoso ver tantas mariposas revoloteando. Estuvimos un rato hablando de ella y de su belleza, hasta que, luego de un suspiro, él dijo:

-que cosa, que solo vivan 7 días

Yo me sorprendí mucho y solo pude decir, casi sin pensar:

-¿Cómo que 7 días? ¿en serio?

- si en serio- me dijo Luis

Y entonces, mi pregunta, que también fue sin pensar:

-¿Y para que viven entonces?

A lo que siguió, una extraña respuesta:

- Para que personas con tu conciencia se hagan esa pregunta- dijo Luis

¿Qué aprendí de aquella vivencia?

Por un lado creo que me asuste mucho, me espeje en la corta vida de la mariposa, me conecte con la impermanencia, me conecte con la certeza de mi propia muerte. ¿Qué se puede hacer en 7 días? A mi no me alcanzaría el tiempo. Y esto me lleva otra vez a uno de los libros de Elizabeht Kubler Ross, Lecciones de Vida, un libro que cuenta los aprendizajes de personas que están en el tramo final de sus vidas. Recuerdo a una señora, Lorraine de 79 años (no me acuerdo que enfermedad tenía pero si me acuerdo que solo le quedaban unos pocos meses mas de vida) a la que la doctora Kubler Ross fue a visitar en su habitación. Cuando entro quedo sorprendida y solo pudo mirar a aquella señora que estaba BAILANDO!!! Si, estaba bailando el Watusi. Cuando termino de bailar, la doctora le pregunto: ¿por que baila? y ella solo respondió: Porque Puedo!.

Esta mujer estaba feliz aún sabiendo que le quedaba muy poco tiempo de vida!!!

¿Cómo? ¿Cómo se puede ser feliz sabiendo que se tiene unos meses más y nada más?

Se me ocurren dos opciones:

a. Las mariposas y Lorraine están locas y son unas inconcientes. Para los espíritus poco sensibles esta es una muy buena opción.

b. Las mariposas y Lorraine poseen y contienen (cada una con su conciencia) otra comprensión de lo que significan la vida y la muerte. Una comprensión que nada tiene que ver con nuestras creencias tradicionales, las mismas creencias que nos llevan a temerle terriblemente a la muerte, a la perdida, a la impermanencia, que nos llenan de ansiedad por lo que puede pasar mañana o pasado, que nos conduce a querer tener todo controlado. Las mismas que conducen a la búsqueda de la prolongación de la vida por parte de la medicina, hasta más no poder, sin importar la calidad de la vida que se concede. Las mismas que hacen que no queramos envejecer, que no queramos tener arrugas, que no queramos ser viejos. Las mismas creencias por las que nos perdemos del tiempo presente, pensando en el tiempo futuro.

Las mariposas y Lorraine me recordaron el valor del tiempo presente, la belleza del ahora, del no control, del no temor por lo que vendrá, de la confianza, de la libertad…..

Por supuesto que todo esto no significa que yo haya aprendido tal lección; las creencias que me atrevo a criticar son las mismas que conformaron mi personalidad, identidad o carácter (o como se lo quiera llamar), le sigo temiendo a la muerte, a la perdida, al no control. No soy libre de esas cadenas.

Puedo entender intelectualmente estos aprendizajes, puedo hablar durante horas del valor del tiempo presente, pero, como dice alguien a quien quiero mucho “Desde la Cabeza hasta el Corazón hay un largo camino por Recorrer”.

Espero estar haciendo ese camino. Espero algún día mirar para atrás y poder decir “valió la pena tanto esfuerzo.”

miércoles, 30 de enero de 2008

Las Mariposas, La Vida y La Muerte

¿Dónde termina el Horror y comienza la Belleza de lo humano? ¿En dónde está esa frontera? ¿Alguien puede encontrarla?

Estos son algunos párrafos del libro La Rueda de la Vida de Elisabeth Kubler-Ross en su visita a lo que quedaba de un campo de concentración alemán:

“Yo hablo de amor y compasión, pero la mayor enseñanza sobre el sentido de la vida la recibí en mi visita a un sitio donde se cometieron las peores atrocidades contra la humanidad….Viaje a Maidanek, uno de los laboratorios de muerte de Hitler. Yo conocía de oídas ese lugar, pero verlo personalmente fue diferente….Las puertas de entrada a ese enorme recinto estaban derribadas, pero aun quedaban escalofriantes restos de su ominoso pasado donde murieron 300.000 personas. Vi las alambradas de púa, las torres de vigilancia y las muchas hileras de barracas donde hombres, mujeres y niños pasaron sus últimos días y horas.

Llegue a las barracas. ¿Cómo estas personas, sobre todo las madres e hijos, pudieron sobrevivir a las semanas y días anteriores a su muerte segura? Dentro de las barracas vi camastros de madera, casi pegados unos con otros en cinco hileras a lo largo de la barraca. En las paredes estaban grabados nombres, iniciales y dibujos ¿Qué instrumentos utilizaron para hacerlos?¿Piedras?¿Las uñas? Los observe más detenidamente y note que había una imagen que se repetía una y otra vez: Mariposas. Había dibujos de Mariposas dondequiera que mirara. Las barracas estaban llenas de Mariposas. ¿Por qué? ¿Por qué Mariposas?

Esos prisioneros sabían lo que les iba a ocurrir. Sabían que pronto se convertirían en Mariposas. Pronto saldrían de sus cuerpos como sale la Mariposa de su capullo. Ese era el mensaje que querían dejar para las generaciones futuras.”

¿Cómo es que tantas personas estando al borde la muerte y luego de sufrir horrores indecibles pueden manifestarse tan bellamente?

¿Cuándo o cómo el dolor da lugar al amor? ¿ Y la oscuridad a la luz?

Mi sensibilidad me conecta con esas victimas dibujando esas mariposas horas o días antes de morirse, ¿de donde provenía la fuerza para comunicar un mensaje tan luminoso en un momento tan oscuro? Porque si hay algo de lo que no me caben dudas, es de sus intenciones de comunicarse, de manifestarse, de mostrarse. Y conmigo lo logran, me siento conectada con ellos y con su doloroso y no menos luminoso mensaje…

martes, 29 de enero de 2008

Las Enseñanzas del Patito Feo

¿Cuantas veces lo escuche o lo leí? El Patito Feo(www.ciudadseva.com/textos/cuentos) como tantos otros cuentos contiene una sabiduría que lo hace digno de ser revisado casi párrafo por párrafo. No me voy a tomar ese trabajo con todo el cuento, pero si lo voy a hacer con una parte de él, y es aquella que me lleva a la reflexión sobre el valor que se necesita para revisarnos y revisar las creencias con las que crecimos, nos formamos y nos recreamos diariamente, aquellas creencias que se transformaron en la cota de nuestras alternativas, en la frontera de nuestras elecciones, en límite de quien podemos llegar a ser.

A este fin traigo uno de los párrafos:

……..Al fin los huevos se abrieron uno tras otro. “¡Pip, pip!”, decían los patitos conforme iban asomando sus cabezas a través del cascarón.-¡Cuac, cuac! -dijo la mamá pata, y todos los patitos se apresuraron a salir tan rápido como pudieron, dedicándose enseguida a escudriñar entre las verdes hojas. La mamá los dejó hacer, pues el verde es muy bueno para los ojos.-¡Oh, qué grande es el mundo! -dijeron los patitos. Y ciertamente disponían de un espacio mayor que el que tenían dentro del huevo.-¿Creen acaso que esto es el mundo entero? -preguntó la pata-. Pues sepan que se extiende mucho más allá del jardín, hasta el prado mismo del pastor, aunque yo nunca me he alejado tanto. ……..

Y me quedo con la única pregunta que hay entre estas líneas:

¿Creen acaso que esto es el mundo entero?

¡Hermoso! A mis oídos suena casi como un desafió, un reto del cual Mamá Pata sabe algo, sabe de su existencia, pero también parece saber que no le conviene explorar mucho mas.

¿Porque Mamá Pata nunca cruzo mas allá del jardín? ¿En que consiste el desafió? ¿Qué peligros trae cruzar ese jardín? ¿Por que lo cruzaría, si de hecho, no sabe que hay del otro lado?

¡Esto se pone mejor!

Lo cierto es que Mamá Pata esta segura en su lugar conocido, previsible, sabe cual es su función en el mundo, sabe que después de que nazcan los patitos deberá criarlos, así como su madre la crió a ella, y como su abuela crió a su madre, ella solo tendrá que repetir formulas. Siempre funciono ¿por que cambiar?

Ya todos sabemos que paso con el “patito feo”, se sintió maltratado, sintió que no pertenecía a ese lugar y se fue, cruzo el jardín, cruzo el prado mismo del pastor, hizo un largo, largo camino hasta que se descubrió. Descubrió que era un hermoso cisne.

Así, el relato muestra dos tipos de personalidades (aunque sean aves tienen identidad propia):

Mamá Pata: cómoda en su mundo, chiquito y predecible, una buena y dedicada madre. Nunca se pregunto quien mas podría ser si no fuera una buena y dedicada madre, nunca se pregunta si había otra posibilidad que no fuera ser una buena y dedicada madre.

El patito feo: la insatisfacción lo lleva a irse en busca de “Su” lugar en el mundo, cuestiona “lo que debe ser”, corre los límites, gana nuevos territorios(internos) para si mismo, descubre “quien es” y “quien quiere ser”.

Algún “Refutador de leyendas” (como diría Alejandro Dolina) me dirá que el patito feo no tenia nada que perder y que no le quedaba otra que irse, de esta forma le quitaría valor a la acción del patito, pues ésta no se debe a su libre elección sino a la fuerza de las circunstancias que no le dejaron otras salida. Contestare a esos argumentos con la fuerza de mi vivencia, fui y soy testigo de mucha gente que vive insatisfecha, triste y angustiada, que no tienen nada que perder, que cualquier cosa es mejor que la situación en la que están, que tienen razones de sobra para “cruzar el jardín”, para irse lejos sin mirar atrás; y sin embargo la costumbre, la comodidad, el miedo y quien sabe que otras fuerzas logran imponerse. Se quedan en el dolor, porque es seguro, es conocido, en él, no hay el riesgo de cosas nuevas y perturbadoras, solo hay mas dolor al que se han acostumbrado y con el cual conviven...

Pero eso esta bien, cada uno hace sus aprendizajes en el tiempo que lo puede hacer, al fin y al cabo nadie sabe que es lo que hubiese imaginado Hans Christian Andersen si hubiese tenido que escribir un cuento acerca de lo que paso en la vida de Mama Pata después de la perdida de su hijo, a lo mejor lo fue a buscar y animo a cruzar el jardín.

¿Qué quiero decir?

Son valientes quienes inician lo caminos que los llevan mas allá de “sus jardines” y me merecen mucho respecto, son quienes mas me entusiasman. Pero también me merecen respeto aquellos que no se han animado aun, ellos están haciendo su camino de aprendizaje, y tal vez su permanencia en el dolor, el sufrimiento o cualquier otra forma en la vivan su insatisfacción es una preparación para iniciar el camino del descubrimiento. Al fin y al cabo, también a mi se me presento el dilema, y durante muchos años me quede en la granja al cuidado de Mamá Pata.